sábado, 31 de agosto de 2013

La Quimera de Oro

Chaplin fue unos de los más importantes pioneros del cine y al ver la quimera de oro nos podemos dar cuenta fácilmente a lo que se refiere. El cine mudo plantea una serie de retos, que en esta película llegan al punto más eficaz de la superación, el arte, la imaginación y la personalidad del artista se mide en su respuesta a unos problemas dados, pero sin embargo, el éxito es la base y la estructura de esta cinta. La quimera del oro se basa en tres capítulos, en la primera parte un Charlot hambriento y aterido trata de refugiarse en una cabaña ocupada por un delincuente, Sabemos que Black Larsen es un forajido porque en el calentador quema un cartel de “se busca” con su foto, La explicación viene dada con una solución visual que a la misma vez anima el relato. Cerca de la cabaña, Big Jim ha encontrado oro, pero tiene que buscar refugio. La maldad de Larsen, la inocencia de Charlot, la bondad brutal de Big Jim no se perciben de otra manera que con sus gestos y movimientos, cuando pasan los días el hambre hace estragos, y viene una de las escenas más chistosas y relevantes de la cinta y es, cuando se cocinan la bota de Chaplin. Charlot cocina la famosa bota como un chef de lujo, prepara la cena en dos platos bien servidos y se come su parte, haciendo de los clavos como si fueran los huesos de un pescado exquisito, luego el hambre pasa esa etapa y comienzan las alucinaciones, Charlot cree que Big Jim se ha comido al perro, la gran trama está en mostrarnos lo que un personaje piensa, sin que diga nada, sin dejar atrás a Big Jim que ve a Charlot como un pollo inmenso y este tiene que escapar de su amigo. La segunda parte relata la historia de amor en el pueblo minero, y de nuevo bastan dos pinceladas visuales para mostrar una relación compleja, Charlot entra en la taberna y se enamora de la chica, un hombre alto y guapo la corteja, pero ella sabe que no es sincero, por eso baila con el vagabundo, Charlot, lejos de lucirse, tiene que luchar contra unos pantalones que se le caen y todos los objetos llenos de vida que se empeñan en dejarle en mal lugar. La tercera parte empieza con la vuelta a la cabaña y una última secuencia loca, la última prueba, la cabaña se desplaza hasta un acantilado y los dos protagonistas casi caen al vacío… Charlot confunde el balanceo con la resaca del alcohol, luego tarde los dos millonarios vuelven de alaska en un crucero y Charlot posa para la prensa vestido de vagabundo. La muchacha lo encuentra y lo confunde con un polizonte asi que lo esconde. El happy end del hombre pobre convertido en rico, de la chica que lo acepta sin saberlo es tradicional, la forma de contarlo es arte verdadero. A pesar de no tener un sonido que represente la secuencia de las escenas Chaplin y su equipo transmiten el mensaje de la película, a través de sus diferentes técnicas mudas… y es aquí sin duda alguna, donde está el verdadero arte cineasta y el inigualable talento de Charlot, el ver como hace reír a las personas que disfrutan de dicha cinta luego de muchos años, y aun con toda esta tecnología que hoy existe la función de esa producción se hace valer perfectamente, debido al gran éxito que esta representa, es exactamente la verdad sobre el arte de hacer cine.

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